lunes, 3 de noviembre de 2014

EL INJENUO DE VOLTAIRE

El Ingenuo se publicó en 1776 y sólo ocho días después se prohibió y retiró la edición. La censura formaba parte de la vida literaria del autor, que pasaba gran parte de su tiempo negociando con imprentas clandestinas de varios países europeos. De esta forma, el precio de los ejemplares subía desorbitadamente.
Las historias “fantásticas” servían al escritor para encubrir una realidad escondida tras personajes tipo a la manera del cuento tradicional: el héroe protagonista, la delicada pero intrépida dama de la que se enamora, los enemigos, el amigo fiel... En el caso de El Ingenuo se traslada la acción a una época perfectamente definida. Voltaire no escatima en detalles temporales ni personales, luego no era difícil identificar en la vida real a los personajes satirizados. Para escribir este cuento, Voltaire se basa en manuscritos del padre Quesnel, teólogo jansenista. El protagonista le sirve de excusa para exponer el tema principal: el conflicto y la posible conciliación entre la ley natural y los efectos de la civilización. 
La estructura se respeta en todo momento, lo que además resulta muy útil, puesto que las partes de tensión, donde le ocurren todo tipo de actividades imaginarias al Ingenuo y sus defensores, ayudan sutilmente a introducir los periodos de distensión en los que el autor aprovecha para exponer sus reflexiones e ideas filosóficas a través de conversaciones entre personajes. Esta mezcla de la realidad y la ficción supone una importante innovación del género que se ha denominado cuento filosófico. 
El Ingenuo representa el personaje de héroe protagonista obedeciendo al tópico del cuento fantástico tradicional. Se trata de un joven hurón, un nativo canadiense, que es apresado por los ingleses y traído hasta las costas de la Baja Bretaña francesa. 

El bon sauvage, o buen salvaje, era un tema recurrente desde principios del S. XVIII para escritores y dramaturgos. Se trataba de hombres francos que “seguían casi maquinalmente los impulsos súbitos del corazón, las primeras reacciones de la piedad que nos hacen ser generosos y buenos.” De esta forma, el Ingenuo es aceptado rápidamente por el prior de la Montaña, su piadosa hermana y sus compañeros como la viva imagen del candor y el encanto. 

La cualidad principal que le define es la libertad de espíritu y de cuerpo: “digo siempre ingenuamente lo que pienso y hago todo lo que quiero.” Es dueño de sus actos, valiente, joven y la mera idea de verse privado de su libertad se le hace insoportable. El Ingenuo representa el concepto de la humanidad ideal.

                                                            
                 
                                                              BIOGRAFÍA:        


(François-Marie Arouet; París, 1694- id., 1778) Escritor francés. Fue la figura intelectual dominante de su siglo. Ha dejado una obra literaria heterogénea y desigual, de la que resaltan sus relatos y libros de polémica ideológica. Como filósofo, Voltaire fue un genial divulgador, y su credo laico y anticlerical orientó a los teóricos de la Revolución Francesa.
Voltaire estudió en los jesuitas del colegio Louis-le-Grand de París (1704-1711). Su padrino, el abate de Châteauneuf, le introdujo en la sociedad libertina del Temple. Estuvo en La Haya (1713) como secretario de embajada, pero un idilio con la hija de un refugiado hugonote le obligó a regresar a París. Inició la tragediaEdipo (1718), y escribió unos versos irrespetuosos, dirigidos contra el regente, que le valieron la reclusión en la Bastilla (1717). Una vez liberado, fue desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire, anagrama de Árouet le Jeune» o del lugar de origen de su padre, Air-vault.
Voltaire

Un altercado con el caballero de Rohan, en el que fue apaleado por los lacayos de éste (1726), condujo a Voltaire de nuevo a la Bastilla; al cabo de cinco meses, fue liberado y exiliado a Gran Bretaña (1726-1729). En la corte de Londres y en los medios literarios y comerciales británicos fue acogido calurosamente; la influencia británica empezó a orientar su pensamiento. Publicó Henriade (1728) y obtuvo un gran éxito teatral con Bruto (1730); en la Historia de Carlos XII (1731), Voltaire llevó a cabo una dura crítica de la guerra, y la sátira El templo del gusto (1733) le atrajo la animadversión de los ambientes literarios parisienses.

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